Proponemos construir un edificio desde el espacio público. El espacio público debe ser lo importante en esta actuación. Hagamos un espacio público que provoque la reflexión y que permita pensar. No, al espacio público que de respuesta sólo a la complacencia visual. La arquitectura aparece como elementos puros. Son árboles mineralizados que albergarán los usos propuestos. Los usos se acomodarán a los elementos construidos sin más secretos que la habilidad para configurar espacios sugerentes y que emocionen, desde su relación con el espacio público y sin perder de vista las inevitables conexiones y referencias a la magnífica fachada barroca existente. Los troncos de los árboles conforman los núcleos verticales de comunicaciones. Entre los “árboles”, la luz se filtra creando un conjunto de reflejos y reflexiones que cualifica y dinamiza el espacio.